Estamos en la época del Madrid Open, el segundo Masters 1000 de la gira de polvo de ladrillo. Debido a esto, hay que recordar lo que sucedió con este certamen en 2012, que tuvo a Roger Federer como el gran ganador en una polémica edición que tuvo el polvo de ladrillo azul.
La idea fue impulsada por Ion Tiriac, dueño del torneo español desde 2009 hasta 2021. El rumano quería que la pelota tenga una mejor visibilidad para la televisión. De esta manera, bajo el lema «Tierra como siempre, como nunca», el polvo de ladrillo de la Caja Mágica se pintó de azul por primera y única vez en su historia. De hecho, ningún evento volvió a usar esta polémica superficie.
Sobre el polvo de ladrillo azul, Federer se convirtió en el único jugador con un título sobre las tres superficies que exhibió Madrid. En 2006, derrotó al chileno Fernando González en la final y se coronó sobre cemento bajo techo. Tres años después, le ganó la definición a Rafael Nadal en la primera edición sobre polvo. Y el último llegaría, en 2012, ante Tomas Berdych.
El camino de Federer hacia el título
En aquella temporada, Federer, número tres del mundo, tuvo que batallar ante Milos Raonic para vencerlo por 4-6, 7-5 y 7-6 (4) en el debut. Luego, le tocó Richard Gasquet y lo despachó con un 6-3 y 6-2 en una hora. Por los cuartos de final, eliminó a un ídolo local, David Ferrer por 6-4 y 6-4. En semifinales, se impuso ante la revelación del torneo, Janko Tipsarevic por 6-2 y 6-3. Y por último el mencionado cruce con Berdych, fue triunfo por 3-6, 7-5 y 7-5 y título para ‘Su Majestad’.
La velocidad que tomaba la pelota, sobre los 700 msnm en Madrid, favorecieron a Federer, más allá de alguna otra incomodidad por el estado de la cancha. Sin embargo, la mayoría de tenistas se quejaron, en principal el mejor jugador de la historia del polvo de ladrillo: Nadal. “Es el torneo más difícil de la temporada de tierra, el más complicado, el menos parecido a tierra” comentó el máximo ganador del certamen madrileño con cinco títulos.
“La cancha resbala un poquito más de lo habitual, es escurridiza, y en algunos momentos está un poco blanda. Para los especialistas en tierra los factores van un poquito en contra. La pelota viaja muy rápido y en lugar de saltar hacia arriba, salta un poco hacia adelante. Esto para jugadores como Isner, Raonic o Federer puede ser muy bueno”. El análisis del mallorquín sobre la cancha, que ‘inclinaba la balanza’ para los tenistas de superficies rápidas.
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