Alexander Zverev logró pasar a semifinales de Roland Garros, por tercera vez consecutiva, tras vencer a Tomás Etcheverry. Fue un duelo bastante entretenido donde el Alemán se impuso en cuatro sets: 6-4, 3-6, 6-3 y 6-4.
«Sasha» tuvo que abandonar el abierto de París el año pasado debido a una terrible lesión que sufrió en semis ante Rafael Nadal. En un partido en donde le estaba jugando de igual a igual al máximo campeón del certamen, tuvo una caída que derivó en la rotura de ligamentos de su tobillo. Sin chances de poder continuar se retiró en silla de ruedas de la cancha. El alemán sabía que la gravedad de la lesión necesitaba cirugía y que eso lo iba a marginar del circuito por varios meses. Recién a comienzos de esta temporada comenzó a dejar de sentir molestias en la zona.
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Zverev también ha tenido que enfrentarse a otro obstáculo en su carrera. Hace dos años comunicó que era diabético tipo 1 desde su infancia. En cada torneo que participa tiene la libertad de inyectarse insulina en la cancha, en algunos intercambios de lado. Sin embargo, en París no se lo permiten y le exigen que salga de la misma:«Aquí no se me permite hacerlo en la pista. Me dicen que tengo que salir. Y durante mi último encuentro, me dijeron que eso sería como una petición para ir al baño, de la que solo tenemos dos durante el encuentro. Pero yo, según cómo sea el encuentro, necesito insulina tres o cuatro veces».
«Estoy muy feliz de volver a esta ronda. Nada de lo que quejarme. Ha sido uno de los años más difíciles de mi vida, así que estoy contentísimo de volver a la pista y de tener otra oportunidad de estar aquí», expresó Zverev tras su victoria ante el argentino. Ahora le tocará medirse ante Casper Ruud quien está teniendo un altísimo nivel.
