ATP
Tristan Boyer: «Dicen que los americanos no pueden jugar en polvo de ladrillo, yo tengo habilidades para jugar bien acá»
Luego de una exitosa gira por los Challenger de Sudamérica, el norteamericano habló de su año y lo que sigue para él
Publicado
Hace 3 semanasen
Tristan Boyer, estadounidense de 23 años, era un nombre desconocido para muchos al comenzar la gira de torneos Challenger de Sudamérica, mucho más acostumbrada a ver jugadores de la región protagonizar las instancias finales de estos torneos. Sin embargo, con dos títulos (Campinas y Montevideo) en este último mes, «Rocket Tristan» se perfila como un nombre interesante para seguir en el próximo tiempo.
«Muchos dicen que los americanos [estadounidenses] no podemos jugar en polvo de ladrillo, pero la verdad es que entreno mucho en polvo, así que me siento cómo acá, juego bien, tengo habilidades para jugar bien acá. Las condiciones, al menos hoy, fueron rápidas, así que me ayudó», declaró tras ganar el Uruguay Open.
Boyer es entrenado por dos rioplatenses: el argentino Alejandro Fabbri, que no pudo viajar con él a Montevideo, y Marcelo Filippini, uno de los mejores jugadores de la historia uruguaya. «Filippini sabe mucho de tenis, ve el juego muy bien y me ha ayudado mucho. Tengo armas pero a veces me cuesta mostrarlas bien y es lo mejor que hace. Me está ayudando mucho con esto y obviamente estamos haciendo bien las cosas».
Esta influencia también lo ha ayudado a mejorar su español, el cual habla con el acento de estos lares, y que se ha exacerbado con la gira. «Esta gira me ha ayudado a sentirme un poco más cómodo en los torneos, obviamente estuve una gran parte del año en Buenos Aires y eso hace que me sienta cómodo acá pero sí, ayuda mucho».
Su ascenso llama la atención, pues en abril de 2023 estaba en el puesto 1500° del ranking, lo que implica un crecimiento de 1370 puestos en 19 meses. «No era mi ranking real porque estuve en la escuela [jugó tenis universitario para Stanford] y lesionado. Me ayuda un poquito la organización en Estados Unidos por los wild cards, pero siento que hicimos un muy buen trabajo con el equipo para subir mucho el nivel, y me pone muy feliz jugar bien».
En marzo de este año cosechó su primer Challenger, en Mérida, y desde entonces ha jugado tres finales más. «Mi mentalidad ha cambiado mucho. No hay substituto para la experiencia; esta fue mi sexta final y mi tercer título, perdí las primeras dos. Siento que hoy lo hice muy bien, sabía qué hacer, qué confiar, ir a buscarlo en lugar de jugar pasivo y creer en que iba a pasar. Eso viene de la experiencia y de las finales que jugué este año».
Un elemento que llama la atención es la soltura y la alegría con la que juega, incluso al enfrentarse a rivales de mayor ranking que él. Solo en el Uruguay Open, venció a cuatro cabezas de serie para llegar al título (Cerúndolo, Monteiro, Ugo Carabelli y Dellien), pero no presta atención a esa diferencia.
«De cierta manera, es más fácil porque no tenés presión, y más en esta época del año que muchos están jugando para entrar en Australia. Yo no tengo esa presión, no estoy en la carrera de entrar en Australia. Obviamente me sirven los puntos, pero estoy jugando contra Monteiro y si no gana el partido, queda afuera de Australia. Yo usé mucho esto y baja mucho la presión que tengo, así que juego muy suelto y pasó en el partido».
De aquí en adelante, tiene dos objetivos: el Top 100 y entrar al cuadro principal del Australian Open, el cual sería su primer Grand Slam en singles (este año llegó a tercera ronda del US Open en dobles, junto a Emilio Nava). «Yo quiero seguir mejorando todos los días, es lo más importante para mí. Seguir trabajando y ver lo que pasa».
Uruguayo, tengo 20 años y estoy constantemente en busca de más experiencias tenísticas. Actualmente estudio Comunicación en la UM.