Venció a Basilashvili y se transformó en el primer británico en conseguir el título en el desierto.
Se terminó uno de los Masters 1000 más importantes del circuito y el campeón terminó siendo alguien que nadie tenía en los papeles: Cameron Norrie. El británico mostró en varias partes del certamen un alto vuelo tenístico y se aseguró un nuevo título en sus vitrinas. Sandgren, Bautista, Paul, Schwartzman y Dimitrov habían sido sus víctimas en rondas anteriores.
Este domingo, debía medirse ante Basilashvili a quien había derrotado en el primer y único enfrentamiento que tenían. El georgiano llegaba de dar uno de los grandes golpes al eliminar a Stefanos Tsitsipas en cuartos, segundo sembrado. El set inicial comenzó con Norrie quebrando en el tercer game y luego confirmándolo en el cuarto para adelantarse 3-1. Luego, llegarían dos breaks consecutivos de su rival para que la final comience 6-3 en su favor.
El segundo arrancó de manera contraria. Quien tomó la ventaja fue el georgiano y todo parecía indicar que la final se definía de esa manera. Pero allí, fue donde Norrie, a pesar de algunas imprecisiones, pudo ponerse en juego, recuperar la ventaja cedida y quebrar en el último juego para emparejar las cuestiones con un 6-4.
El británico cosechó 1 ace, dos dobles faltas, sumó el 60% de primeros saques y ganó el 77% de los puntos con su servicio. De esta manera, y mostrando un gran nivel, no le dio posibilidades a su contrincante y cerró el tercer set con un contundente 6-3.
Empezó el año por encima del puesto 70 del Ranking y ahora se está acercando al top 15. Consiguió el título más importante de su carrera y el primer británico en hacerlo en el desierto. Cameron Norrie.
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