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Copa Davis

A siete años del triunfo del «Equipo»

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El 27 de noviembre de 2016, Argentina rompió el maleficio, ganó su primera Copa Davis e hizo historia.

El mundo del deporte ha concluido tácitamente en que los logros grupales requieren de una necesidad primordial (salvo pequeñas excepciones), que se trata de la unión de los integrantes del grupo, en donde el enfoque de los partícipes confluya en un objetivo único: el triunfo del equipo.

Enemistades entre grandes figuras, repugnantes orgullos y egoísmos han privado durante muchos años a un país de coronarse en el torneo más prestigioso de equipos nacionales, la Copa Davis. La ilusión de los simpatizantes se contrapuso a fuertes desilusiones, resaltadas incluso a través de escándalos mediáticos.

A pesar de las constantes frustraciones, el comienzo de un nuevo año despertaba una vez más el sueño de conseguir la ensaladera y el 2016 no fue la excepción. La incógnita sobre la respuesta de la conformación de un nuevo grupo se enfrentó al deseo de dar el salto de calidad, tras la dolorosa derrota en las semifinales el año anterior.

Cambio de paradigma en 2016

La historia tendría preparado para aquel 2016 un capítulo aparte para Argentina. El capitán, Daniel Orsanic, fue el encargado de la formación de un equipo, con la elección de tenistas devenidos en guerreros, con el pasar de las series, y transformados en superhéroes, en el final de la película.

Cada integrante, elegido de manera inteligente por el líder, aportó su granito de arena para escribir el capítulo más glorioso para el país. Los “coperos” Federico Delbonis y Leonardo Mayer obtuvieron victorias resonantes, pero también Guido Pella dejó su huella en el camino a la gloria.

En esta historia hay que hacer un apartado para destacar el renacimiento de una estrella como Juan Martín Del Potro, quien se acopló a aquellos que venían trabajando previamente, para intentar lograr la tan ansiada y esquiva Copa Davis.

Participantes con un rol protagónico propio y un líder con coraje encolumnaron al grupo bajo el objetivo principal: el triunfo del equipo. Personajes heroicos, con hambre de gloria, con la meta clara de lograr la hazaña, compusieron hace siete años la epopeya más grande del tenis argentino.

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