Grigor Dimitrov está listo para volver al circuito en el Masters 1000 de París, luego de un parate de tres meses que se inició por una lesión en el pectoral. El búlgaro se había retirado de su partido ante Jannik Sinner en Wimbledon, y desde entonces se mantuvo fuera de las canchas. El objetivo de la pausa no solo fue la recuperación física, sino también una profunda «desconexión» mental.
Dimitrov vivió «Un verano increíble» para la cabeza
El ex número 3 del mundo explicó que el tiempo alejado le resultó muy beneficioso, marcando una etapa de relajo necesaria en su carrera. “Estar un tiempo alejado del tenis me vino bien. Han pasado tres meses desde entonces, pero ha sido un verano increíble. Por fin volví a casa para pasar el verano por primera vez en 20 años, así que lo disfruté mucho”, comentó Dimitrov en diálogo con Tennis Sweet Spot.
Su enfoque fue claro: no pensar en tenis. «No hay mucho más que decir, salvo que no estuve prestando atención a nada, intenté no hacer demasiado. El objetivo era estar desconectado, por lo que terminó siendo una fase muy importante«, remarcó el tenista, agregando que fue una experiencia liberadora. “Después de tantos años esforzándome, esto fue como soltarme durante un tiempo, pero todo salió bien. Está bien estar lesionado, está bien no jugar cada semana, pero estoy feliz de estar de vuelta«.
La rehabilitación y la sorpresa mental
La vuelta a la cancha no fue inmediata, ya que la rehabilitación por la lesión pectoral demandó un esfuerzo constante y un período de incertidumbre. «La rehabilitación duró como cuatro o cinco semanas, entre las que tuve que parar otra más. Estuve haciendo constantemente ese bloque de ejercicios sin estar seguro de cuál sería la semana en la que podría volver«, detalló Grigor, acostumbrado a parates mucho más cortos. «En el pasado siempre pude ser muy consistente, no estuve fuera más de cuatro o cinco semanas, pero ahora he necesitado todo este tiempo».
Lo que más lo sorprendió fue la fortaleza con la que afrontó la situación. «Me sorprendió la fuerza con la que afronté todo, no lo vi como algo negativo. Claro que tienes dudas, muchos interrogantes, no hace falta ni decirlo», admitió. La pausa le permitió resetear la mente y lograr una visión más saludable de su profesión. «Ahí me di cuenta que soy capaz de afrontar los problemas, sobre todo desde un punto de vista mental. Ahora sé mirar hacia dentro y desconectar por completo del deporte, lo cual te permite observarlo todo en tercera persona».
Finalmente, el búlgaro ve el regreso como una nueva oportunidad, sin la presión habitual: «He podido mirarme a mí mismo sin juzgarme, sin tener esas expectativas que el deporte te exige, para mí ha sido algo muy saludable. Me veo listo para volver a intentarlo después de este parón”. Dimitrov comenzará su camino en París ante el local Giovanni Mpetshi Perricard.
