Entrevistas
Florencia Moreno: «Acá los premios son el 1% de lo que se gana en el tenis convencional»
Publicado
Hace 3 añosen
En otra entrevista exclusiva de Set Tenis, Florencia Moreno, de 32 años y oriunda de Cañuelas, charló a fondo y contó su experiencia en los Juegos Paralímpicos, sus comienzos en el tenis, las dificultades en el deporte adaptado y mucho más.
Actualmente, ocupa el puesto 16 del Wheelchair Ranking, siendo una de las mejores jugadoras del circuito. El primer contacto con Florencia comenzó de la manera más imprevista posible… ¿Cómo estás, Flor? Fue la primera pregunta, pero la respuesta, con algo de preocupación en sus expresiones, estuvo lejos de lo esperado: “Acá estoy media, media… Tuve un accidente doméstico, me corté la mano y acabo de venir del hospital porque me tuvieron que hacer dos puntos”. Con inquietud por saber qué había ocurrido, y mientras ella señalaba su mano vendada, fue imposible no comenzar consultando por los hechos: “Me patiné con la silla, estaba cerca de la puerta de mi habitación, manoteé para agarrarme, le pegué al vidrio y me corté… Pero bueno, son dos puntos nada más. El tema es que no puedo entrenar, tengo 14 días hasta que me sacan los puntos, pero lo importante es que no fue nada grave”.
Si algo caracteriza a Flor es su buena energía. Pese a qué el contacto se hizo a través de una videollamada, esta no impidió darse cuenta la personalidad de la tenista. Amable, humilde y sencilla, son algunos de los adjetivos que traspasaban la pantalla. Hacía pocos días, publicó en su cuenta de Instagram la noticia de su clasificación al Masters de Dobles, en Estados Unidos, junto a su compañera, la colombiana Angélica Bernal. Esta será su segunda participación en el mismo y, sin dudas, el pequeño accidente que le costará 15 días de entrenamiento, no opacó su alegría por participar del mismo: “La verdad es que nos sorprendió un poco porque, con esto de la pandemia, el ranking está congelado, entonces no sabíamos sí íbamos a entrar”. Clasificadas como la última pareja del torneo, agregó lo que significa para ellas el poder disputarlo: “Estamos contentas porque van las mejores del mundo y eso te motiva un montón para entrenar. La idea es poder hacer el mejor papel posible, jugar al mejor nivel y también ponerse a prueba. Creo que sirve mucho, más allá de un resultado, de esperar un trofeo o un puesto, es ver ahí cómo estamos en el nivel”.
Ya entrando en sus comienzos en el tenis, confesó que se dio casi de casualidad. Pero, pese a aceptar que al principio estaba llena de dudas, todo acabó saliendo mejor de lo esperado: “Una amiga me mandó un mensaje, creo que fue por MSN, y me preguntó si me interesaba jugar al tenis”, comenzó explicando, “la verdad es que dudé mucho, porque pensaba ‘es jugar al tenis, cosa que nunca en mi vida había jugado, y en una silla de ruedas’, era una combinación que para mí no era buena, que no me llamaba la atención”. En su día a día, no utilizaba la silla de ruedas, por lo que significaba implementar un elemento totalmente nuevo: “Le di una oportunidad, le perdí el miedo a la silla, me di cuenta que iba a estar atada, que tenía una rueda de más atrás y que eso hacía que no me iba a caer. O sea, yo pensaba eso, después me caí varias veces, pero me sentí más segura”.
Aunque su plan inicial era tomar el tenis como una especie de hobby, la vida la llevó por otro camino: “La verdad es que me gustó desde un primer momento, pasaba la pelotita para el otro lado sin técnica, sin nada. Entonces decidí seguir, y de a poco me fui enamorando del tenis”. Sin embargo, en reiteradas ocasiones, remarcó en torno a qué giró su mayor dificultad: “La silla de ruedas. La odié tanto. Lo que yo hacía era mover mi cuerpo en vez de mover la silla para ir a buscar la pelota y poder pegarle. Pensaba que es imposible leer la pelota para poder calcular bien el tiempo y distancia para pegarle. Después también aguantar todo un partido a la misma intensidad. Hasta hoy me sigue costando, porque uno cuando va subiendo de nivel, siempre va buscando un poco más”.
Si bien su unión con la raqueta comenzó en 2014, le llevó más de dos años tomar la decisión de volverse profesional: “En 2014 la Selección vino a hablar conmigo y me propuso entrenar de una forma más profesional, pero yo ahí dije que no, porque mi vida pasaba por otro lado. Pero seguí entrenando”. Antes del tenis, Flor trabajaba en la Municipalidad de Cañuelas y estudiaba Contaduría en la UBA: “Cursaba tres veces por semana y tenía los horarios bien repartidos, porque yo trabajaba solo de mañana y me quedaba toda la tarde libre para estudiar tranquila”.
Luego de comenzar a competir en torneos y mejorar su nivel que, pese al amateurismo era muy bueno, admitió que hubo un clic que la llevó a replantearse el profesionalismo: “Como trabajaba y estudiaba, entrenaba muy poco y, sin embargo, con ese poquito que entraba, estaba haciendo bastante. Entonces dije ‘bueno, imagínate si me dedico y le meto más tiempo’”. De esta manera, a fines de 2016, decidió dar un giro rotundo en su vida y meterse de lleno en el tenis: “Decidí hablar de nuevo con la Selección, con AATA, y les dije que quería meterle a full, ser profesional… y por suerte me aceptaron, porque bueno, también estaba la posibilidad de que me dijeran que la oportunidad ya pasó, pero me aceptaron y a partir de enero de 2017 me dedico full time a jugar al tenis”.
De todas maneras, una decisión de semejante tamaño no es algo fácil, y no dudó en afirmarlo: “Fue muy difícil. Tuve que dejar de trabajar y me fui a vivir al CENARD. Fue un cambio muy grande, porque fue irme de un pueblito a Capital. Fue salir de mi zona de confort, pero lo que más me impulsó fue el sueño de poder ser profesional, de jugar en Europa, poder hacer giras, representar a Argentina…”. Además, también tenía presente la posibilidad de que las cosas no salieran como quisiera, pero eso no le llevó a bajar los brazos: “Me podría haber ido mal, porque lógicamente puede pasar, pero por suerte fue la decisión correcta y la que me hizo bien, más allá de los resultados”.
¿Cómo es su vida y su juego?
Cuando entraste en la profesionalidad, ¿cómo hiciste para seguir con tu carrera?
Es muy difícil, obviamente lo hago a distancia porque no puedo cursar, no me dan los horarios, y tampoco podría con las asistencias por los viajes por el tenis. Cuando vuelvo a mi casa los días de semana trato de meterle un poco, aunque es muy difícil porque hay veces que estoy muy cansada. Igualmente trato de hacer una o dos materias por cuatrimestre, dependiendo de cuántos viajes tengo, de si tengo algún torneo más importante y más exigencia en los entrenamientos, pero trato de no dejar, siempre seguir, aunque sea de a una materia… Primero porque me gusta, y también porque siempre digo que el deportista tiene una fecha de vencimiento, entonces sería mi plan b, el día que decida retirarme, poder ejercer cuando tenga el título.
¿Cómo es vivir en el CENARD?
Es como estar en un hotel, pero a la vez no, y estás muy solo. Yo no conocía a nadie y de a poco al menos me empecé a hacer amigos, al menos para compartir la cena, pero también cada uno tiene sus horarios. Lo lindo de estar ahí es que levantás con deporte y te vas a dormir con deporte. A veces vas al gimnasio y te encontrás con las Leonas, con gente muy grosa y decís ‘che, estoy entrenando en el mismo lugar’. Estar ahí te permite observarlos, ver como entrenan y uno empieza a copiarlos un poco. Está bueno pero la parte mala es que estás mucho tiempo solo, y eso en la cabeza te empieza a carburar un poco. En mi opinión, para un tiempo está bien, un tiempo corto. Yo después me fui porque elegí irme, pero para empezar está bárbaro.
¿Tenés trato con esa amiga que te llevó a jugar al tenis por primera vez?
Con mi amiga me hablo de vez en cuando, porque mi vida cambió mucho y a veces no estoy. Pero sí, hablo con ella y no acordamos de ese día en que me lo dijo, y pensamos ‘¿qué hubiese pasado si no aceptaba?’… Mi vida hubiera pasado completamente por otro lado… Pero con ella siempre agradecida, porque se dio lo que se tenía que dar, pero ella me invitó con las ganas de que más gente se sume, fue esa la idea, que seamos más, que conozcamos la existencia del deporte adaptado, que yo no lo conocía, entonces creo que está bueno agradecérselo y valorarlo, porque a mí me cambió la vida.
¿Cómo es tu juego?
Mi mejor golpe es el revés con top, y creo que lo más importante es el saque, para poder comenzar bien el punto. Yo entreno y compito un montón en cemento, pero la superficie donde más cómoda para siento es el polvo de ladrillo.
¿Ves tenis adaptado?
Miro tenis adaptado cuando puedo, porque no siempre lo televisan. Por eso también a nosotros nos cuesta tanto la difusión, porque bueno, a veces la gente ni siquiera lo puede ver. Pero cuando se puede, generalmente los Grand Slams o torneos importantes, hay una página donde podés entrar y verlos, y ahí sí miro. Ahí ves cómo está el nivel, aprendés… Lo miro mucho a Gustavo que siempre está presente en los Grand Slams, así que además de hinchar por él veo un poco de tenis, trato de estar al tanto. Veo también cómo salen las mujeres, a veces hay resultados que te sorprenden un poco, entonces si no los ves es como que no entendés por qué se dio de esa manera, entonces sirve para aprender un montón.
Diferencias entre el tenis convencional y el tenis adaptado
No son novedad las enormes diferencias que existen, a nivel económico y de difusión, entre los deportes convencionales y los adaptados. Por ejemplo, si bien a muchos tenistas convencionales les significa un enorme costo el proceso de trasladase a los certámenes, saben que, en caso de llegar a la elite, esos problemas ya no existirán. En el tenis adaptado, eso no pasa: “Por más que estés dentro de los 10 o 5 mejores, los premios siguen siendo bajos y sin una ayuda externa se hace imposible”, admitió.
En los torneos Grand Slam, solo los 8 mejores del ranking pueden participar, pero ese no es el mayor problema, sino que “En los Grand Slam de tenis adaptado, los premios son el 1% de lo que se gana en el tenis convencional. Por eso es que es tan difícil para nosotros poder dedicarnos a jugar al tenis”, explicó. Además, es necesario aclarar que Florencia, al encontrarse en el puesto 17 del ranking, ni siquiera participa de los mismos: “Eso es para dar una idea de lo que pasa en los Grand Slam. Yo no juego esos torneos. Hay premios más bajos en otras categorías que no te alcanzan ni para cubrir los gastos”.
Por otra parte, siempre mostrándose agradecida, explicó de qué manera, tanto ella como muchos otros deportistas, pueden llevar adelante su profesión: “Sin apoyo del ENARD, la Secretaría de Deportes y los sponsors sería imposible”. Además, agregó: “Nosotros al estar dentro de la Selección, tenemos una beca deportiva y contamos con un presupuesto para poder viajar. A veces, cuando ese presupuesto se termina, no podés seguir compitiendo y se necesita ayuda externa, como los auspiciantes”.
¿Te gustaría, en un futuro, tener otra relación con la AATA?
Sí, me gustaría. No como entrenadora, pero sí desde otro lado, ayudando para que los jugadores tengas más oportunidades, tengan sponsors, que las empresas tengan ganas de aportar. Por un lado, se entiende, las empresas buscan difusión y llegar a la gente, y a veces nosotros no salimos en televisión y no podemos darles eso, pero también, detrás está todo el esfuerzo y el entrenamiento que nosotros ponemos para poder llegar. Entonces es como un mix, tratar de que ellos entiendan todo el esfuerzo que hay detrás y tengan ganas de apoyar el deporte adaptado, y de a poco así también se va a tener más difusión. Me gustaría estar desde ese lado, porque como jugadora lo vivo y capaz ahora se me ocurren algunas cosas que pueden cambiar, que pueden estar mejor, y ojalá que mejoren para los que vienen. No es que me voy a quedar sin hacer nada porque yo no voy a estar ahí, sino que la idea es que esto siga creciendo.
No podía dejarse pasar la mención sobre un gran referente del tenis adaptado, y del deporte argentino en sí mismo: Gustavo Fernández. Sobre él, expresó: “No comparto muchos torneos con Gusti, porque él compite en torneos muy grandes, pero cuando comparto la verdad que es muy buen compañero. Siempre está muy pendiente si necesitas algo, si estás jugando te va a ver, te alienta, siempre te da algún consejo, y eso suma al equipo porque realmente él es nuestro gran referente. Entonces que venga, se interese en cómo estás, cómo estás jugando, qué sentiste en un partido, habla muy bien de él y suma un montón al equipo”.
Los escasos lugares existentes en los torneos de Grand Slam, mantienen una significativa relación con los movimientos en el Ranking, y así lo explicó: “En las mujeres el Ranking se mantiene. Las que van al Grand Slam se mantienen porque, aunque pierdan en primera ronda, tienen un montón de puntos. La diferencia la podés hacer en los Super Series, en los ITF 1, donde sumas un montón de puntos, pero le tenés que ganar a ellas. Ahí es como que tenés que dar el batacazo para subir. Pero una vez que estás ahí arriba, tenés esa tranquilidad de que es difícil salir. De todas formas, también es muy difícil avanzar entre los primeros”.
De más está decir que, como tenista, como deportista con el sueño de llegar a las más grandes competencias, desea que las cosas puedan cambiar: “Se que la ITF lo está tomando en cuenta para poder agrandar los cuadros. Ojalá pase y, sino, seguiré trabajando para poder llegar. Pero la verdad es que sería muy lindo, porque es complicadísimo poder entrar en ese lote de las ocho mejores”. Aunque la clasificación a cualquier Grand Slam es bienvenida, mencionó cuál sería su torneo soñado: “Me encantaría jugar Roland Garros. Siempre lo vi en mi casa con mi papá y ese es mi gran sueño. Pero obvio que con el primero que venga voy a estar super contenta”.
Experiencia en #Tokyo2020
Hace poco más de un mes, Florencia vivió, en palabras propias, la mejor experiencia que le brindó el tenis. A más de 18mil kilómetros de casa, representó la bandera argentina en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. “Tokio, sin dudas, fue la mejor experiencia, el mejor lugar, donde todo deportista quiere estar, donde está la elite, donde cuesta un montón clasificar. A mí me pasó que, por haber clasificado de forma directa, fue un objetivo super cumplido, encima con una pandemia de por medio, entonces fue como doble mérito”, explicó, aún emocionada.
El sorteo y el azar quisieron que, en primera ronda, se enfrente a la local y segunda favorita, Yui Kamiji. “La realidad es que yo sé el nivel que tengo y dónde iba, y el sorteo es así. Yo no estaba preclasificada, así que me podía tocar cualquiera, pero cuando lo vi, dije ‘¿justo en primera ronda? Me hubiese tocado al menos en segunda…’”, comentó entre risas. El partido acabó favorable para la japonesa quien, días después, obtendría la medalla plateada. Sin embargo, la derrota no opacó la inmensa emoción que significó participar del mayor evento deportivo.
¿Cómo fue el partido?
Traté de pensar más en mí que en ella y lograr mi mejor nivel. Me toco con una mina que iba a jugar para ganar el oro, y yo tenía que dar mi mejor versión. Traté de dar todo, si bien me quede con ese sabor amargo porque sé que puedo dar más, pero al menos a mitad del partido puede soltarme y jugar un poco mas, hacer puntos largos, que era mi gran objetivo, jugar mucho como zurda, aunque ella también era zurda, entonces eso también me limitaba un poco. Yo juego mucho con mi drive cruzado a su revés y yo me estaba encontrando con su drive también, entonces son todas cosas que cuando uno se prepara de una manera para jugar, de repente me encontré con otra zurda.
Entonces, ¿sentís que no pudiste dar todo lo que hubieras querido?
Claramente mi mejor tenis no estuvo. Yo mejoré mucho, más allá de que por la pandemia estuve 5 meses sin entrenar, siento que mejoré un montón, en la parte técnica y en los golpes, pero me ganó la ansiedad. Quería cerrar rápido los puntos y ganarlos, y la verdad que ese partido era todo lo contrario, era tener muchísima paciencia y, cuando tenía la oportunidad, poder definir y ganar el punto. También pensaba en que con las otras jugadoras había jugado un montón de veces, y tenía hasta muchas posibilidades de jugar más. No digo de ganar pero, más allá del resultado, podía hacer un partido un poco más ajustado… poder jugar más y capaz sentirme un poco más contenta de haber dado un poco más adentro de la cancha. Pero bueno, cuando vi el cuadro dije ya está, es lo que hay, por más que me enoje, es lo que me tocó.
Y, más allá del juego en sí, ¿cómo fue la entrada a la cancha? ¿Estabas nerviosa?
Yo sabía que iba a jugar en la Cancha Central, con todo lo que eso implica, cámaras… yo nunca había jugado en un lugar así, con toda una presentación. Entrar en esa cancha fue terrible, yo fui al pasillo que da para entrar y me dijeron ‘no, todavía no podés entrar’. Claro, yo iba a entrar como a cualquier partido y no, hay toda una presentación, que yo no lo sabía, y recién cuando te nombran podés entrar. Tenía la cámara ahí al lado mío y yo no sabía si saludar o si no, era como todo nuevo y extraño para mí, pero después el estadio es espectacular, menos mal que no había gente porque ahí no sé cómo hubiese reaccionado. Fue re raro y loco, pero fue una linda experiencia.
En este mismo sentido, expresó qué le significó el poder representar al país en Tokio: “No se compara con ningún torneo. Siempre llevar la camiseta de Argentina es único y más en un olímpico, es un plus”. Además, agregó sus objetivos para 2024: “La verdad me quedo con la experiencia que viví que fue hermosa, y ahora ya con la cabeza en París, que mi idea es clasificar de forma directa nuevamente. Mi objetivo en Tokio era clasificar, estar. Por ahí en París me pongo un objetivo más grande, como ganar algún partido y pasar alguna ronda”.
Por otra parte, para finalizar, manifestó cómo ve la situación del deporte argentino en general, y expresó su opinión sobre algunas disciplinas que aún no son difundidas: “Yo veo que le falta de todos lados. Falta que puedas prender la tele y haciendo zapping encuentres algún partido. Falta que en algún medio te hagan una nota para que tengan más difusión y así crezcan. Ese es el tema principal, y algo que se debería mejorar para que también el apoyo sea más grande, para que haya más jugadores compitiendo y seamos más deportistas representando a Argentina”.
Periodista Digital y CM. 22 años. Contacto: candelaxalde@gmail.com