El ruso derrotó a Reilly Opelka por 6-4 y 6-3 y levantó el cuarto Masters 1000 de su carrera
En el set inicial, prevaleció la regularidad de Medvedev, aunque se encontró en apuros cuando estaba 1-2 con su servicio ya que Opelka dispuso de tres canches de quiebre. Sin embargo, el ruso las salvó, igualó el marcador y en el siguiente game, se quedó con el servicio del estadounidense pasando 3-2 arriba. A partir de allí, creció a la par de una disminución en la efectividad de los tiros del norteamericano y mantuvo el marcador a su favor. No hubo más quiebres y Medvedev, con un ace, cerró el set por 6-4.
La segunda manga empezó como terminó la primera: con el ruso mucho más metido en el juego que Opelka. Tal es así que rápidamente quebró en el 1-1, confirmó la ruptura del servicio y se adelantó 3-1. A partir de allí, más allá de algunas ráfagas de buen juego del gigante estadounidense, Medvedev controló el partido en todo momento. La tónica del encuentro se mantuvo en durante lo que restó de la final y el ruso volvió a tomar el servicio de Opelka en el noveno game, decretando el 6-3 final.
De esta forma, el número dos del mundo gritó campeón en Toronto y levantó el cuarto título de Masters 1000 en lo que va de su carrera, con la particularidad de que todos fueron en canchas duras. Por su parte, el estadounidense perdió la primera final de su historia, ya que había ganado las anteriores que había jugado y se meterá entre los 25 primeros del ranking mundial.
