El circuito ATP podría tener de vuelta a uno de sus jugadores más magnéticos y talentosos antes de lo esperado. Nick Kyrgios sorprendió a la prensa australiana con una revelación que calificó de «milagro»: su rodilla, la que lo mantuvo al margen de la competencia por meses, ha sanado de manera inesperada y está lista para el regreso
Las lesiones, especialmente en la rodilla, habían llevado al australiano a un punto de no retorno. De hecho, en julio, no veía luz al final del túnel. Sin embargo, en el último mes, algo cambió radicalmente.
«Honestamente, creo que has sido la primera persona de la prensa a la que se lo he contado, pero el último mes para mí ha sido, no sé qué ha pasado con mi rodilla, algo ha cambiado en el último mes, no sé qué es», le dijo Kyrgios a Australian Associated Press.
El exfinalista de Wimbledon, conocido por su franqueza, explicó que la inflamación desapareció y el dolor se fue, incluso después de las sesiones de tratamiento. «Anoche estuve con mi masajista y mi fisioterapeuta y algo ha cambiado en mi rodilla. Ya no está hinchada. Ya no me duele después de la sesión«, confesó.
Esta mejora lo tomó por sorpresa y le devolvió la fe: «No sé si llamarlo milagro o qué, pero siento la rodilla como si me hubiera rejuvenecido un par de años. Si supero todo esto, estaré listo para jugar».
El plan de regreso de Nick Kyrgios: ¿Aterrizaje en Brisbane?
La noticia es tan reciente que los planes se están cocinando al momento, pero Kyrgios no dudó en dar el primer paso formal hacia su retorno. Después de meses de pesimismo, donde solo veía su carrera reducida al dobles, el australiano ahora es «simplemente optimista».
«Todo está muy reciente en este momento, pero literalmente ayer les dije a mis agentes que existe la posibilidad de que me encantaría volver a jugar en Brisbane en individuales«, reveló. El ATP 250 de Brisbane, que se juega a principios de enero, sería el escenario perfecto para que el aussie retome el hilo de su carrera.
El cambio de mentalidad es profundo. A fines de julio, en Washington, el jugador no tenía «esperanzas de poder jugar el Abierto de Australia ni de volver a ese punto en el que me sentía cómodo compitiendo». La presión de ganar era nula: «No hay ninguna tontería de ‘Oh, voy a ganar este torneo’. Porque después de los últimos meses, perdí toda esperanza«.
Ahora, con la rodilla respondiendo, el panorama es otro. La posibilidad de ver a un Nick Kyrgios con el cuerpo sano y la cabeza despejada, listo para soltarse por completo en el court, es la mejor noticia para el comienzo de la temporada.
