Pete Sampras y su talón de aquiles, el polvo de ladrillo

Uno de los más grandes tenistas de la historia tuvo un obstáculo, el polvo de ladrillo.

Para buscar alguna piedra en el zapato de la extraordinaria carrera del estadounidense, tenemos que hablar de la superficie que le hizo pasar varios dolores de cabeza: el polvo de ladrillo.

Podemos tomar como ejemplo, el máximo torneo que se celebra en arcilla y es Roland Garros. El ganador de 14 Grand Slam, nunca pudo jugar su mejor tenis y la instancia donde más lejos llegó fue las semifinales en el año 1996. Pero, caería ante Yevgeny Kafelnikov en sets corridos y dejaba pasar la única chance posible de haber levantado la copa de los mosqueteros.

Y si vamos a los números, de sus 64 títulos que cosechó a lo largo de su carrera, Sampras solo ganó tres en dicha superficie. El ATP de Kitzbühel en 1992, el Masters 1000 de Roma en 1994 y en el ATP de Atlanta de 1998.

Pero, sin lugar a dudas que aquel triunfo en la capital de Italia, fue quizás, una de las mayores alegrías de Pete. Además, en esa final le ganaría a otro grande de esa época, un tal Boris Becker. Es por esto, que fue muy celebrada esa victoria.

Luego de ese triunfo, el cual lo logró con tan solo 22 años, su carrera en el polvo de ladrillo sería una completa odisea. En los dos restantes Masters 1000 que se disputaban bajo esta superficie, Hamburgo y Montecarlo, Sampras dejó mucho que desear, ya que estuvo lejos de su nivel.

Aunque en polvo de ladrillo nunca se logró a acostumbrar, el nombre de Pete Sampras se encuentra en lo más alto de este deporte. Sin dudas que es una leyenda del tenis, fue el mejor mientras jugó y ganó nada más ni nada menos que 14 Grand Slam.