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Promesas del tenis

Hugo Gaston, de Buenos Aires 2018 a Roland Garros 2020

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El francés ha deslumbrado al mundo del tenis en el polvo de ladrillo del Abierto de Francia en la última semana. Sin embargo, su condición de Promesa del tenis no es algo del último tiempo.

Gaston tiene apenas 20 años y actualmente es el número 157 del ranking ATP. Sus características de juego son las más oportunas para que los amantes del tenis se deleiten: su manejo de los efectos es único, genera cambios de ritmo, velocidad, buenas aperturas con su derecha con top y se traslada de manera estupenda en la linea de base. De todas maneras, lo que más gusta de su repertorio es una variante que escasea cada vez más en el alto nivel: los dropshots. Es zurdo, golpea el revés a dos manos y su superficie predilecta es la arcilla.

Foto: ITF

Nacido en Toulouse, desde que era un junior la Federación Francesa de Tenis (FFT) puso la mira en él. En esa categoría, la perla gala ganó el prestigioso Orange Bowl y llegó a ocupar la segunda posición en el ranking, pero el punto más alto lo encontró en Argentina, cuando representó a su país en los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Buenos Aires 2018. Gaston fue el abanderado de Francia en la ceremonia de apertura y en la cancha no decepcionó: obtuvo la medalla de oro desplegando un repertorio que deslumbró al Buenos Aires Lawn Tennis Club. Asimismo, ganó el bronce con sus compatriotas Clement Tabur y Clara Burel en dobles y dobles mixto, respectivamente. «Es un sueño para mí, estoy muy feliz. Es genial ganar la medalla de oro para mi país, es el mejor momento de mi vida», declaró en ese momento.

La inserción al profesionalismo no es fácil para ningún jugador, y menos cuando los fanáticos esperan mucho de vos. Para Gaston no fue la excepción. Si bien ganó cuatro futures, aún no se coronó en Challengers. Pero lo más espectacular fue hace poco: gracias a una invitación otorgada por la organización del torneo, el zurdo llegó a los octavos de final de Roland Garros 2020 y enamoró al planeta tenis con sus variantes más su carisma, que volvió locos a los espectadores locales. En el mejor torneo de su vida, venció a su compatriota Maxime Janvier (195°) en el debut y superó al japonés Yoshihito Nishioka (55°) en segunda ronda.

Nunca es tarea sencilla enfrentar a un tricampeón de Grand Slam, y menos en un evento como ese. Gaston se cruzó en tercera con el suizo Stan Wawrinka (18°, ganador allí en 2015) y obtuvo la mejor victoria de su carrera, para dejar bien en claro que está preparado para competir a la altura de los mejores del mundo y justificar por qué el tenis francés pone todas sus expectativas en él.

En rueda de prensa, luego del partido, contó: «Empecé a jugar a los 5 años porque mi papá era el presidente de un club de tenis, amaba esto y por eso seguí. Hoy estoy jugando Roland Garros y es un placer porque siempre lo miré en la tele». De manera análoga, indicó que en la cancha intenta estar enfocado en su juego y dar siempre lo mejor, porque él mismo dijo que considera que es la forma de obtener resultados.

Su fantástica progresión no paró allí. En la siguiente instancia le tocó jugar por primera vez en la Philippe Chatrier, nada más ni nada menos que ante el austríaco Dominic Thiem (3°), reciente campeón del US Open y dos veces finalista en París. Más allá de la derrota, el zurdo ratificó lo realizado en el partido anterior y reafirmó sus condiciones para estar en lo más alto. Perdió en cinco sets, pero se llevó una ovación inolvidable para concluir una participación sorprendente.

«Quiero ser un jugador impredecible siempre», fue el mensaje que le dejó a quienes se enamoraron de su tenis. Pero no sólo los espectadores quedaron impactados con su juego, también lo hizo su oponente de ese día, Thiem: «Hacía mucho tiempo que no veía a un jugador con tanto toque en sus manos. Sus dejadas son de otro planeta. Si continúa así va a ser un jugador impresionante y va a ofrecer mucha diversión a todos en el futuro», confesó.

Como ya se mencionó, el trabajo duro de Gaston para mejorar sus cualidades viene desde hace años, y una de las personas claves en su desarrollo es Marc Barbier, su entrenador desde los seis años quien hace un tiempo, más allá de destacar sus virtudes deportivas, recalcó su humildad: «Es muy amable y modesto. Además, sabe respetar y aprender de los otros, eso es muy importante en un atleta. Con todo el equipo de trabajo intentamos que mantenga los pies sobre la tierra», enfatizó sobre su pupilo, que tiene como espejo al australiano Nick Kyrgios, ya que le divierte su forma de jugar.

El público francés debe ser cauto, Hugo Gaston tiene un tenis extraordinario pero aún le queda mucho camino por recorrer. La presión y sobreexigencia es algo que sus fanáticos deben evitar, como lo indicó el suizo Roger Federer hace un tiempo: «En Francia creo que ven a sus jugadores demasiado grandes muy pronto. Se emocionan rápido con sus representantes en lugar de dejarles completar su desarrollo en todos los niveles». Este joven tiene todo para estar en lo más alto, pero saber esperarlo será fundamental.

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