El griego lo derrotó 3-6, 2-6, 7-6, 6-4, 7-5
Rafael Nadal y Stefanos Tsitsipas definían el último cupo para las semifinales del Australian Open. El español, pese a molestias en su espalda, llegaba mostrando un gran nivel y sin ceder sets. El griego por su parte, no jugó en octavos gracias a la lesión de su rival, Matteo Berrettini quien decidió no presentarse. En semis, ya esperaba Daniil Medvedev que despachó en un gran partido a Andrey Rublev.
El primer set contó con ambos sólidos desde su servicio, un alto porcentaje de primeros servicios y contundencia en los golpes hicieron esto posible. Pero, cuando se jugaba el octavo game, Tsitsipas le dio la única chance de break a Rafa y este no lo perdonó. Luego, lo confirmó con un gran game de saque y se adjudicó el primero 6-3.
Fue una importante inyección anímica este cierre para el español tal es así, que en el siguiente set, rompió el saque del griego en el primer juego y luego también lo hizo en el quinto. Así, y sin dar opciones, cerró esa segunda manga con un contundente 6-2. Hasta allí, Nadal marcaba la diferencia en su efectividad en los break points (3/3) pero además, no otorgaba oportunidades desde su juego de saque.
El tercer set fue sumamente parejo: a medida que pasaban los games, Stéfanos comenzaba a animarse mas, ganando puntos y confianza a través de los winners. Fue tal la igualdad que ninguno pudo ni siquiera contar con una chance de quiebre. Todo terminó en un intenso tiebreak que, con errores de Nadal, y aciertos de Tsitsipas, inclinaron la balanza para que este último se lo adueñe 7-6.
Sin dudas era el mejor momento del joven griego en el partido. Con confianza, sin demasiados errores no forzados y pegándole muy fuerte a la bola. Todo lo contrario pasaba en frente, el nacido en Mallorca no estaba fino, cometía errores y tampoco se hacía fuerte desde el servicio. Tres chances de break dejó pasar el preclasificado número 5, pero a la cuarta lo hizo efectivo y tras una confirmación, firmó el cuarto set 6-4.
Las tensiones eran máximas. Pasábamos las 3 horas de partido. Se venía el set definitivo. Rafa decidió ir al vestuario a cambiar la remera y renovar el aire. Tsitsipas quería jugarlo cuanto antes. Ambos mantuvieron su servicio con tranquilidad y sin problemas hasta el game 11. Allí, el griego quebró en 0 el servicio de Nadal y se adelantaba 6-5 con saque a favor. Después de un juego plagado de nerviosismo, salvó un break point, tuvo dos chances de match y a la tercera no perdonó para dar la sorpresa del torneo y borrar a Rafael Nadal.
