Sebastian Korda, la perla de la nueva generación estadounidense

El tenis en Estados Unidos ha sido siempre uno de los deportes de cabecera, y contó con grandes exponentes durante la historia. De todas maneras, en los últimos años sufrió la ausencia de jugadores en las instancias finales de los torneos Grandes. En busca de nuevos talentos y campeones, la USTA pone muchas esperanzas en Korda; sí, el hijo del checo Petr y Regina Rajrchtova -ex 26° WTA-.

El nacido en Bradenton, Florida, llamó siempre la atención en su país. Es innegable que la gran carrera de su padre, campeón del Abierto de Australia 1998 y finalista de Roland Garros 1992, influyó en la observación de este chico. Pero él lo utiliza como motivación: «Es un gran apoyo para mí, pero no lo voy a negar; mi objetivo es ganar dos Grand Slams para poder decir que soy mejor que él», declaró en una ocasión.

Desde joven, Korda demostró que se puede hablar de él más allá de su descendencia: es un jugador muy potente, como todo estadounidense. Su saque y su derecha son muy rápidos, aunque no es un negado a la hora de pelotear con su rival desde la línea de base y defender. Es más, su superficie preferida es el polvo de ladrillo, busca mover a su rival y variar los efectos para luego generar tiros ganadores. Es diestro y golpea el revés a dos manos.

Korda siempre se destacó por la precocidad. Con 17 años ganó el Australia 2018 y se colocó como #1 junior:

Comenzó a jugar en profesionales desde ese año, cosechó buenos puntos en los torneos Challengers, pero su actuación más destacada, que realmente lo hizo conocido en el planeta tenis, llegó en Roland Garros 2020. Desde la clasificación, se metió en la segunda semana, convirtiéndose en el jugador más joven de su país en conseguirlo desde que lo lograse Michael Chang en 1991. Le ganó, en el main draw, a jugadores experimentados como el italiano Andreas Seppi y su compatriota John Isner en las primeras dos rondas.

En tercera derrotó al español Pedro Martínez. En octavos tuvo el, hasta ahora, partido de su vida: jugó, en la Philippe Chatrier, contra el Rey de la arcilla parisina, nada más y nada menos que Rafael Nadal, su referente desde que era un pequeño de 10 años que recién comenzaba a practicar tenis. «Recé para cruzarnos. Es mi ídolo absoluto. Una de las razones por las que yo juego. Llamé a mi gato ‘Rafa’ por él, así tenéis una idea de cuánto lo admiro», confesó antes de la derrota en sets corridos. De todas maneras, el joven de 1,96mts de altura pudo obtener su autógrafo y su camiseta tras el partido, al igual que en el US Open 2009 (con foto incluida), torneo que lo ayudó a inclinarse por el tenis y dejar de lado el hockey sobre hielo. Encima, el ganador de 20 GS tuvo grandes palabras para con él: «Sebastián cometió algunos errores en puntos cruciales, pero la forma en que golpea la pelota es impresionante».

La familia Korda tiene una tradición deportiva magnífica: más allá de los padres tenistas, las hermanas de Sebastian, Nelly (22 años) y Jessica (27), se destacan en el golf: son la 2° y 22° del mundo, respectivamente. Petr, ex número 2 del mundo, no suele acompañar mucho en a su hijo en los viajes, pero este último nunca deja de manifestar importancia de su padre en su carrera y en su desarrollo para llegar a ser un referente de la nueva camada del tenis.

El chico de 20 años entrena en la Academia IMG de Bradenton con Dead Goldfine. Allí, Sebi tuvo la oportunidad, tiempo atrás, de pelotear con el checo Ivan Lendl, campeón de 94 títulos, quien destacó su trabajo en el último mes: «Hace unos años entrené con el y vi una verdadera promesa. Ahora, después de haberlo visto en París, ha superado un par de debilidades que yo había notado. Obviamente es mucho más fuerte, lo que no me sorprende, ya que ha estado trabajando con el fisio Marek Vseticek», opinó el campeón de 8 Majors.

En la misma sintonía, Sebastian Korda es un persona muy humilde, eso se nota en cada declaración o en cómo se manifiesta en la cancha, y ese puede ser un factor clave en su rendimiento, que está en alza. Intentará meterse, en primera instancia, entre los 100 mejores del mundo. Desde allí, buscará crecer cada vez más y quizás, algún día, ser tan bueno como su padre. Los recursos y el tenis están.